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domingo, 23 de junio de 2013

Esquema visual sobre diversidad



Reflexiones pedagógicas en torno a las políticas de inclusión en el aula regular
Palabras clave: Diversidad, subjetividad, inclusión, diferente, sujeto, inclusión social, discapacidad, cultural, identidad, exclusión, integración, diferencia, otredad.
Hablar de diversidad hoy implica asumir una mirada pluriétnica, diversa, incluyente, sin etiquetamientos, sin distingos socioespaciales, pero me llama la atención como en nuestra cotidianidad social, escolar y en general cultural somos excluyentes, marcamos y rotulamos con facilidad. Un caso concreto se vive al interior del aula, donde las políticas gubernamentales se quedan cojas con los actos de discriminación que se suceden en las comunidades educativas, tal es el caso del bullying y en general cualquier forma de maltrato, tanto verbal, como físico y sicológico; la persecución, las expresiones peyorativas, los chistes discriminatorios, la exclusión por parte del maestro que en su intento por ayudar termina por excluir por su desconocimiento de las diferentes necesidades educativas con las que llegan los niños al aula regular,  por el supuesto deseo de integración.
 El aula regular no se abre a las necesidades del  niño con NEE, la escuela sola no puede, pero sin la escuela es imposible  que se abran espacios de socialización para estas personas.
Hoy se necesita una educación basada en la capacidad, un trabajo con inteligencias múltiples, currículum integrados y problemáticos, políticas de participación y capacitación al maestro sin distingos socioespaciales,  evitar luchas frontales y de oposición con mayores posibilidades de acceso a una formación integral, valoración auténtica aprendizajes, colaborativos y cooperativos, aprendizaje constructivistas, educación intercultural, aulas regulares con un número de estudiantes moderados que permitan el trabajo personalizado.
Las reformas educativas como actos de gobierno, es decir, como acciones a través de las cuales el Estado establece elementos para orientar las políticas de la educación, son el resultado de un proceso complejo en el que intervienen componentes internos y externos a la realidad social y educativa de un país (Díaz Barriga e Inclán Espinosa, 2001).[1]
Cuando surge la política de la promoción automática e nuestro país con el  decreto Ley 088 del 22 de enero de 1976, las escuelas se vuelven menos homogeneizantes, sin embargo son paños de agua tibia, porque tal como lo plantea la profesora Paula Andrea Restrepo en su documento: Lenguajes en la Educación, una apuesta al reconocimiento de la diversidad.
El discurso centrado en la deficiencia, en la falla, en la limitación, en general, el discurso que lee en la diferencia un déficit, ha sido creado desde la perspectiva de homogenización con una intención  clara de dominio y control a través de la transformación de lo ajeno, de lo extraño, en parte de lo ajeno, de lo extreaño, en parte de lo mismo, siendo esta una lectura que anula la complejidad del otro. Afuera – adentro son limites que demarcan el  espacio levantando murallas simbólicas que violentan la configuración del otro y por tanto lo nombran como otro deficiente[2]
Por su parte  FECODE en su afán por intentar cambios significativos hace su apuesta en el proceso de elaboración de la Ley general de educación donde se intenta regular de manera general la educación bajo un clima de participación y discusión; es aquí donde se abre un marco de consenso, un nuevo capítulo para el sistema educativo colombiano apareciendo como resultado la ley 361 del 97 con nuevos parámetros de integración.
En el caso específico de la educación, el primer esfuerzo importante de acercamiento a lo que se podría llamar un pacto social por la educación, fue el proceso de elaboración de la Ley General de Educación, que se aprobó en 1994 después de un amplio proceso de discusión y de consultas. Su origen provino de la iniciativa de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) de concertar con el gobierno una ley que regulara de manera general la educación nacional. Esta iniciativa fue muy bien recibida por la comunidad educativa y por otros sectores del país, pues respondía a un clima de discusión y participación que se había desencadenado con el proceso constituyente (Cajiao, 2004).[3]
Vivimos la paradoja de un mundo que se mueve de dos maneras tal como lo plantea Alain Touraine, una economía global mundializada y, por otro lado, un mundo en el que nos movemos en la búsqueda de identidades y en ese orden de ideas cada día se va difuminando nuestra cultura, la economía de masas trabajada a través de los medios masivos de comunicación va transformando las formas de vida resultando como consecuencia que los conceptos de espacio y tiempo cambian como consecuencia de la forma tan  vertiginosa como circula la información.

  
El aprendizaje se había desligado de la edad para tornarse continuo, esto es, a lo largo de toda la vida. Hoy nos encontramos con un sujeto mucho más frágil, más quebradizo, pero paradójicamente mucho más obligado a asumirse, a hacerse responsable de sí mismo, en un mundo en el que las certezas en los planos del saber, como en el ético o el político, son cada vez menores.[4]

En ese orden de ideas y pese a los muchos intentos por una educación para la equidad y para la atención a la diversidad,  hoy se vive  más una educación para la segregación cuando se hacen; por ejemplo, adecuaciones curriculares, el cambio se asume por unos pocos, el alumno se adapta a la integración, las dificultades educativas se consideran propias del sujeto, una cultura de la solidaridad donde no se promueve el cambio, entre otros.

Las diferencias educativas  se deben dar desde la naturaleza de las diferencias, los procesos de enseñanza y de aprendizaje dimensionados desde la interacción y el aprendizaje constructivista, con organización social del aula, administración de métodos y objetivos, niveles de equidad en ideología y valores declarados, actitud hacia la mejora escolar con igualdad, justicia, optimismo, innovación y pluralismo. En suma, cuando se desconoce la diferencia se desconoce la diversidad.

Aunque la legislación por sí sola no asegura el éxito de la inclusión educativa es un aspecto muy importante, ya que contar con ella permite establecer derechos y responsabilidades, articular políticas intersectoriales y sectoriales y asegurar la prestación y mantenimiento de recursos y servicios.[5]

Pese a toda la problemática que se ha gestado con la exclusión en el aula, hay un camino muy interesante por recorrer a favor de escuelas más inclusivas, hay que empezar por reconocer que aunque el camino es arduo, se hace necesario un proceso de cambio que debe ser paulatino, gradual, aun sin las condiciones  dadas, sin que estas sean favorables porque si me quedo esperando las condiciones óptimas nunca empezaríamos.  El maestro debe ir construyendo las condiciones para unas condiciones  humanas propicias en el aula, con el respeto por los lenguajes de la diferencias, en religión, lo sexual, lo cultural, la diversidad, subjetividad, integración, diferencia, otredad, inclusión, sujeto, inclusión social, discapacidad,  identidad, exclusión,. En un segundo momento se hace necesario favorecer la calidad de la enseñanza con ritmos de aprendizaje y teniendo en cuenta las inteligencias múltiples para contribuir a frenar las desigualdades y la desintegración   en niños que presentan dificultades de aprendizaje o adaptación a la escuela producto de una enseñanza tradicional, excluyente, normativa, rígida e inadecuada.



[1] Díaz Barriga,A., & Inclán Espinosa, C. (2001). El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos. Disponible en: http://www.rieoei.org/rie25a01.htm. Consultado el 31/01/2012.
[2] Paula Andrea Restrepo G. Licenciada en Educación Especial y Psicóloga de la universidad de Manizales. Mg. En educación y desarrollo humano – alianza Universidad de Manizales-Cinde. Estudiante de doctorado en ciencias sociales, niñez y juventud del centro de estudios avanzados universidad de Manzalez-Cinde. Docente investigadora de la facultad de ciencias sociales y humanas de la universidad de Manizales, maestra en educación desde la diversidad.
[3] Cajiao, F. (2004). La concertación de la educación en Colombia. En: Revista Iberoamericana de Educación. No 34, pp. 31-47.
[4] Jesús Martín-Barbero. Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades. Revista iberoamericana de educación. N.° 32 (2003), pp. 17-34.
[5] Blanco, R. (En prensa). La atención a la diversidad en el aula y las adaptaciones del currículo. En A. Marchesi; C. Coll y J. Palacios (comps.). Desarrollo psicológico y Educación, III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar. Madrid: Alianza Editorial.

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